martes, 12 de agosto de 2014

Carta de abuelo 1974

12 de Agosto de 1974

Hola, espero y no seas parte de la tradición familiar de llevar el nombre del abuelo; si lo llevas créeme que luche para que no lo tuvieras. Para que te des una idea de la época extraña que vivo: la gente esta loca por unos tipos de naranja que corren tras una pelota como pocos, bailamos con unos suecos muy rubios y existe demasiado pelo en nuestro glamuroso estilo...


No se que día leerás éste escrito, si aún camino o simplemente soy un vago recuerdo en tu existencia, pero no podía dejar pasar la oportunidad para decirte unas palabras. La vida es simplemente hermosa y aprovéchala. Toma fotos con tu reloj, viaja por el universo, habla con las manos, en fin  todo eso que sera posible en tú época (o al menos así lo dicen en las películas). Pero no olvides lo básico: corre, platica, asómbrate con las nubes, enamórate de la mirada más bella que jamas hayas visto, juega, no hagas nada, crea, ríe... Simplemente disfruta de la vida; que cuando cuando quieras platicarla tengas de donde hablar.

Añora esos momentos tontos que pueda ocurrir cuando menos lo esperes. ¿Te cuento un secreto? el momento que más me acuerdo y que quiero volver a vivir una y otra y otra y otra vez fue la noche de 10 al 11 de mayo. Esa fecha jamás se me olvidará, fue el día en que conocí el amor.

Compartir con tu abuela (sí, esa mujer buena que te da todo lo que quieres y que su cuarto llenó de fotos tuyas) era difícil, esa sonrisa espectacular y su mirada, ¡uff!, aún recuerdo su mirada. Mi temeroso hola para conocerla debió trasmitirle algo para que le llamará la atención. Y con mi sonrisa la empece a escuchar, ella siempre estuvo rodeada de pretendientes que se sentían atraídos por su sonrisa (pero yo por su mirada). Y escucharla fue importante así supe que: le apasionaba la luna, sus comidas favoritas, su lugar mágico que visitar, sus miedos, su pasión por las flores, su máximo sueño. Pronto todo tuvo sentido pero esa noche fue mágica porque simplemente nos abrazamos; fue un instante, no mas, cuando hubo una conexión y donde sentí que eso quería toda mí vida.

La tecnología que puedas tener jamás alcanzara esos instantes mágicos que no se pueden describir. Por eso te pido que me prometas, en silencio,  no dejes pasar la oportunidad de vivir

Te quiere desde hoy y para siempre tu abuelo.
Crisanto Alarico Márquez III

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