Desde el punto de vista de la genética tradicional, una mutación es un cambio súbito en el material genético de una especie, que desemboca en una variación que puede ser positiva o negativa. La cuestión es que las mutaciones en el universo real suelen ser muy específicas, y por ello, rara vez tienden a ser benéficas. Dado que el cuerpo humano está pensado para funcionar en equilibrio, una alteración en cualquier órgano afectaría al conjunto. Un par de pulmones que procesa mejor el oxígeno, por ejemplo, no sería de utilidad si la sangre sólo puede absorber la cantidad usual y llevarla en esa concentración.
En el Universo Marvel, las mutaciones se dan en forma grupal, y perfectamente complementadas. Pongamos el caso de Angel: en el universo real, su mutación hubiera sido inútil, pues un par de alas en la espalda no puede hacer que un hombre vuele. Pero en el Universo Marvel, sus huesos están compuestos de tejido esponjoso, que los hace igual de resistentes que los normales, pero mucho más ligeros. Un juego extra de músculos en la espalda, membranas en los ojos para poder volar sin que los mismos se lesionen, y un mejor consumo de oxígeno, todo eso permite que Warren levante el vuelo sin ningún problema.
En el Universo Marvel, las mutaciones se dan en forma grupal, y perfectamente complementadas. Pongamos el caso de Angel: en el universo real, su mutación hubiera sido inútil, pues un par de alas en la espalda no puede hacer que un hombre vuele. Pero en el Universo Marvel, sus huesos están compuestos de tejido esponjoso, que los hace igual de resistentes que los normales, pero mucho más ligeros. Un juego extra de músculos en la espalda, membranas en los ojos para poder volar sin que los mismos se lesionen, y un mejor consumo de oxígeno, todo eso permite que Warren levante el vuelo sin ningún problema.