miércoles, 15 de octubre de 2014

El taxista y la dama

Cuenta la historia que una noche un conductor de taxi, desocupado, vio que una joven le hizo señas. El hombre frenó para llevarla. Ella le pidió que si por favor la llevaba a distnitos lugares lo que el taxista accedió hacer.
Extrañamente para el mencionado la mujer quiso ir a una iglesia a esas horas de la madrugada.
La esperó.
Cuando la mujer volvió le pidió lo mismo otras 6 veces y el taxista como es su trabajo pues, obedecía.
Finalmente entre tanto viaje la mujer le pidió que la llevara al cementerio. El taxista estaba preocupado pues era muy tarde para que ella estuviera ahí.
Una vez fuera del camposanto la dama le mencionó que no traía con qué remunerar al conductor pero que le daba un anillo que ella portaba como empeño y le dio su dirección, con la excusa de que él fuera a ese domicilio a preguntar por ella y en caso de ella no encontrarse ahí algún pariente pagara. Ella entró en el cementerio y desapareció en la noche.



A la mañana siguiente el taxista fue a aquel domicilio y tocó la puerta. Abrió una mujer.
Aquella persona ya era de edad avanzada, y preguntó qué necesitaba al taxista.
Este le explicó la situación y le mostró aquel objeto.
La mujer sorprendida tuvo que explicarle que eso no sabía como decirselo pero, ese anillo perteneció a su madre difunta a quien sepultaron con él puesto.
Existen personas que dicen que el taxista enfermó luego de aquella noticia.

Hay cosas que no podemos explicar y es mejor sólo dejarlas pasar.

Imagen: http://lanoticia.hn/wp-content/uploads/2014/01/sp_cuba_taxi_o_430x224.jpg

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