Heme aquí nuevamente hablando de temas que involucran palabras en una “lengua muerta” que todo mundo sigue usando (cof cof lengua zombie?)…en fin.
Me refiero
a las locuciones latinas. En pasadas publicaciones e incluso videos de nuestro
amadísimo y no muy constante canal de YouTube he hablado de falacias lógicas (click aquí para ir ahí) las cuales generalmente
emplean una denominación en latín.
En la
segunda parte de falacias lógicas hice alusión a un capítulo de la serie sitcom
“The Big Bang Theory” donde el personaje Sheldon Cooper se equivoca (lo cual se
supone debería pasar sólo con fines de comedia y no de verdad [oopsi!])
mencionando la (no) falacia lógica “Reductio
ad absurdum” la cual en realidad es una función en matemáticas y
blablablaba click aquí para saber de lo que hablo.
En esta
ocasión como seguí viendo la serie, aunque algunos amigos ñoños me dicen que ya
no lo haga y otros que sí porque les divierte…la neta los personajes son gente
como nosotros juejuejuejue…bueno, pues me valió pepino y la seguí viendo…
Y encontré
otro error de este estilo que vale la pena aclarar porque como nuestros
seguidores saben a mí me gusta que el mundo sepa cosas nuevas y si las sabe mal
pues que se entere que esta equivocado y le eche mas ganas, pero bueno ¡YA!, a
lo que venimos.
Sheldon se
equivocó pero a la vez no, ya que es de esos casos donde, paradójicamente, el
error es tomado como correcto por el colectivo. En el episodio 16 de la
temporada 02 en el minuto 04:03 Sheldon menciona “…una situación Quid pro quo donde una parte brinda
bienes o servicios a la otra parte en compensación por actos similares.”
Veamos el
error.
QUID PRO QUO significa “quid en lugar de quo”, la
sustitución de una cosa por otra, ESTO por ESTO OTRO. En el latín medieval, se
escribía quiproquo.
Se refiere
al hecho de utilizar el pronombre interrogativo/indefinido singular de género
neutro Quid (en caso nominativo) en
lugar de usar Quo (en caso ablativo).
En palabras sencillas, un error gramatical.
Después se
adaptó a la terminología para definir la situación donde se confunden conceptos
o personas, generalmente en el teatro cómico. Situaciones como en la película “Juego
de gemelas” donde mezclan a dos niñas idénticas y, bueno pues el caos aparece.
Y hay más, “Los
iguales” de Podisipo, “La comedia de las equivocaciones” de William
Shakespeare, algunas escenas de las gemelas Olsen, e incluso a mayor escala en
chistes del anime de las quintillizas “Go-toubun no hanayome”, por citar
algunos.
Lamentablemente
con el tiempo en castellano comenzó a usarse de manera errada por influencia
del inglés (que ni es lengua romance, pero bueno, ya saben……para que les
explico) donde se utilizaba para mencionar un trato recíproco entre dos partes
donde se intercambian bienes o favores (como ya lo dijo Sheldon) esperando una
equivalencia de vuelta.
Es el
típico “si me das te doy”, “dando y dando pajarito volando”, “toma y dame” o en
inglés “this for that”.
La forma
correcta de expresarlo es Do ut des.
Esto se refieres a “doy para que des”.
Del mismo
modo, era también el espíritu con el que se entendía la religión en Roma, los
actos de carácter religioso eran en sí un do
ut des dando las ofrendas a los dioses a cambio de la seguridad de recibir
algo bueno a cambio o de no sufrir una desgracia.
En el siglo
VI se usó como término jurídico en los contratos innominados: «Do ut des», «Do ut facias», «Facio ut des»,
o «Facio ut facias».
Esta expresión se mantiene en la actualidad,
sobre todo con aplicación en el ámbito político, y su uso se reduce
prácticamente al nivel culto de la lengua.