jueves, 3 de junio de 2010

Hay de mala suerte a mala suerte

Un jubilado pasó más de siete años armando un rompecabezas de 5.000 piezas. Y cuando creyó que su trabajo estaba completo, se dio cuenta que faltaba una pieza.

El rompecabezas ocupó una mesa en la casa de Jack Harris por más de siete años. El hombre, de 86 años, simplemente estaba obstinado en terminarlo. Sin embargo su sueño no pudo ser completado ya que faltaba una pieza.

Obviamente el señor Harris dio vuelta su casa en busca de ese pequeño pedacito de cartón que lo separaba de su meta. No sólo eso: le pidió al fabricante del juego que por favor les entregara la ficha faltante pero, trágicamente, tardó tanto en armarlo que Falcon Games ya no fabrica ese modelo.

Su nuera, Eve, se lo regaló en la navidad del 2003 pensando que podría ser un buen pasatiempo para un jubilado. El hombre armó varios similares y jamás tardó más de un año en completarlos. Pero éste -una reproducción del óleo “El regreso del hijo pródigo” de James Tissot- probó ser diferente.

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